Hoy vamos a mostrarte cómo preparar el césped del jardín para la primavera. Lo normal es que te encuentres la pradera un poco deteriorada, especialmente si se trata de una zona fría expuesta a inviernos muy rigurosos.
Lo primero en lo que debes fijarte es en la existencia de calvas en el césped. A veces no se ven porque están cubiertas por vegetación oportunista de malas hierbas, pero en cuanto llega el calor y estas se secan y se agostan, las calvas afloran y además lo hacen en una época ya difícil para la resiembra.
Otro motivo por el que puedes encontrar estas calvas en el césped es por el mal estado del terreno que impide su drenaje. Esto provoca la aparición de charcos en la superficie, que debilitan las plantas por heladas y favorecen la presencia de musgo. Esto es habitual en aquellos terrenos que se apelmazan demasiado y en los que se crea una capa afieltrada vegetal que invade la zona de las raíces.
Cuando sucede esto, después de haber hecho una primera siega, debes pasar una escarificadora. Se trata de una herramienta que tiene cuchillas verticales de corte y que va rompiendo el terreno y aireándolo. No te preocupes por las raíces porque estas se regeneran fácilmente. Existen escarificadoras de gasolina, eléctricas e incluso manuales. Verás que una vez has pasado la máquina el césped queda feo, pero en una o dos semanas recupera su aspecto. Si te han quedado muchos restos vegetales puedes barrerlos con la escoba o, más fácil aún, pasar la máquina cortacésped para recogerlos.
El segundo punto en el que debes trabajar es en poblar las calvas que hayas identificado, haciendo una resiembra. Para hacerlo, arranca primero la capa superior de malas hierbas con la azada y retíralas con el rastrillo. A continuación, de nuevo con la azada, remueve bien la tierra, y de nuevo con el rastrillo, nivélala para que quede regular.
Una vez hayas hecho esto, el terreno estará preparado para echar las semillas de césped a voleo, cuidando de que cubran bien todo el terreno pero sin amontonarse. Luego, añade una capa de sustrato por encima para proteger bien la semilla. Puedes echarlo con la pala, preocupándote de que quede bien cubierta y compactada para ponérselo más difícil a los pájaros. En superficies grandes puedes compactar y nivelar el terreno utilizando un rulo, pero en espacios pequeños, te bastará con utilizar la parte posterior de la pala.
Si tienes una superpoblación de hormigas será conveniente que trates las zonas de hormigueros unos 15 días antes de hacer este proceso, porque el efecto no es inmediato y si lo haces simultáneamente no evitarás que se lleven buena parte de las semillas que hayas echado. Si lo que tienes es un exceso de pájaros, puedes utilizar palos o tutores con cintas finas atadas como espantapájaros.
Una vez tengas el terreno bien abierto y aireado con el escarificado, debes nutrirlo. Piensa que al haberlo cortado, le habrás reducido bastante los nutrientes al césped y eso puede afectar a su crecimiento y a su fortaleza. Utiliza un abono especial con un contenido alto en nitrógeno, muy necesario para estas plantas, y de descomposición lenta para que resulte menos agresivo. También tienes abonos especializados para combatir la presencia de musgo.
Para aplicar el abono puedes ayudarte con un esparcidor. Echa en él el abono, abre la regulación de la salida y dejamos que el producto vaya cayendo. Aprovechando que paseas el esparcidor, si mientras vas caminando por tu pradera ves plantas que no debían estar ahí, puedes ir arrancándolas para evitar que colonicen en exceso tu jardín. Una vez hayas terminado de abonar, es importante que después de abonar hagas un riego abundante.
Herramientas:
- Escarificadora de gasolina
- Escarificadora manual
- Cortacésped
- Azadón
- Rastrillo
- Pala
- Carretilla
- Tutores y cintas
- Esparcidor
- Azadilla
Materiales:
- Semillas de césped para resiembra
- Sustrato universal
- Abono granulado
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